12.11.19

Entre golpes y renuncias

Acerca de la visión de los medios de prensa uruguayos sobre la situación en Bolivia

Cuando la “verdad” opera como marco cognitivo del discurso, éste se vuelve muy difícil de desarticular. Tal vez ahí resida parte del reforzamiento  ideológico que llevan adelante las clases más desfavorecidas en favor de las más privilegiadas, y también la explicación para entender cómo opera la hegemonía discursiva.

Tomando por caso el golpe de Estado en Bolivia, los distintos periódicos hacen hincapié en uno u otro aspecto según la ideología que opere detrás de los mismos.

La Diaria titula: Golpe de Estado en Bolivia. Grafica con una foto que retrata la marcha policial en Santa Cruz, para celebrar el golpe de Estado al gobierno del presidente Evo Morales. En la imagen se puede apreciar que uno de los policías que encabeza la marcha sostiene como estandarte parte de un crucifijo, del que cuelga un rosario. Para completar su portada subtitula: El ejército forzó la renuncia de Evo Morales. Anoche, sin gobierno en funciones, la Policía intentaba capturarlo y crecía la violencia contra sus partidarios.

Al leer la portada queda claro que Bolivia se encuentra atravesando un golpe de Estado, y que el presidente fue forzado a dejar sus funciones.

Por su parte, el diario La República titula: “Mi pecado es ser indígena”. Un golpe de Estado con la Biblia en la mano. Evo Morales fue obligado a renunciar a la presidencia de Bolivia. El líder regional opositor Luis Fernando Camacho entrego este domingo en la casa de gobierno una carta de renuncia que pretendía que firmara Evo Morales y además una Biblia.

En el desarrollo de la nota se puede leer que Camacho ha manifestado que quiere “que Dios vuelva a la casa de gobierno.

Se entiende al leer este medio gráfico que Evo Morales ha sufrido persecución racial por su condición de indígena, que eso ha pesado para forzar su destitución, y que hay toda una lógica religiosa y militar que opera en su deposición como gobernante.

De la vereda de enfrente se encuentran dos medios gráficos que están alineados bajo una misma postura ideológica: El País y El Observador.

El País titula: Evo Morales renuncia. Tras 14 años en el poder, se va a pedido de las Fuerzas Armadas y por el fraude en la elección.

El acceso a esta información sugiere que el presidente renunció pacíficamente y porque las fuerzas armadas así lo requirieron, fortalece la idea de desgaste al mencionar que Evo Morales deja la presidencia tras 14 años de mandato, e instala la figura del fraude electoral.

Finalmente, El Observador anuncia en su portada: Fin de ciclo: Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia tras casi 14 años en el poder, luego de que la OEA denunciara fraude electoral y de que las Fuerzas Armadas, la policía y los opositores reclamaran su dimisión en medio de masivas protestas callejeras; el líder indígena denuncia golpe de Estado.

En un lineamiento parecido al anterior se manifiesta la dimisión del presidente como resultante del fraude electoral denunciado por la OEA y la intervención de las Fuerzas Armadas, con el agregado de las revueltas callejeras. El diario elige que cerrar su portada aduciendo que el “el líder indígena denuncia golpe de Estado”. De este modo, elige enfatizar una estratificación de tipo racial, de la que Evo Morales no reniega, pero que queda sonando contra la tapa y su discurso.


Un poco de teoría

Según Van Dijk, por “ideología” se hace referencia a una conciencia de grupo o de clase que puede estar o no elaborada explícitamente en un sistema ideológico que sustente las prácticas socioeconómicas, políticas y culturales de los miembros del grupo destinadas a satisfacer sus intereses de grupo o de clase.

Tanto la noción de ideología que pueda sostener un grupo determinado, como las prácticas ideológicas que derivan de ella, suelen adquirirse por medio de distintas instituciones, que pueden ser más o menos formales, como el Estado, los medios masivos de comunicación, la educación o la iglesia, o menos formales como la familia o el círculo de amigos. En cada caso, hay un tipo de discursividad a la que tienen acceso los distintos participantes.

Para desarrollar todo este conocimiento, para conocer el mundo y así saber lo que ocurre en Bolivia, tanto como para desarrollar un conocimiento general y cultural, es necesario hacerlo durante el proceso de socialización, leyendo el periódico, hablando con otras personas, es decir, a través de los textos y los discursos. A mayor variedad de acceso discursivo, mayor poder.

Esto implica que, potencialmente, tendríamos la capacidad de construir y/o modificar nuestros discursos. Sin embargo, se necesita mucho para modificar una ideología de base, pues se trata del modo con el que explicamos lo que vemos y entendemos del mundo.

Por eso, cuando las personas tienen un acceso cultural restringido a sus prácticas cotidianas se revela un aspecto pasivo en función del discurso dominante, que genera una falsa conciencia de clase, que hace posible que se reproduzca como propia la ideología de la clase dominante.

Si, por otra parte, tengo acceso a la discursividad de los medios (que también me es vedada, en algún punto, porque no genera interacción directa) tendré que asirme de todo elemento cultural del que pueda disponer para poder interpretar aquello que leo.

¿De qué hablamos cuando hablamos de golpe?

Como la información es mucha y contrapuesta hay algunas cosas de las que debemos disponer para poder discernir y así saber qué es lo que sucede en Bolivia realmente. Principalmente debemos definir qué es y de qué se trata un golpe de Estado.

Por definición, estamos ante un golpe de Estado cuando se produce una destitución repentina y sustitución, por la fuerza u otros medios institucionales, de quien ostenta el poder político.
Evo Morales fue ultimado por las Fuerzas Armadas a cesar en su mandato, ha habido coerción y amedrentamiento de su integridad física y la de su familia. El golpe de Estado fue llevado a cabo tras varias semanas de agresiones por parte de los grupos opositores contra la población indígena y campesina, así como también contra los miembros del movimiento socialista (MAS).

Se trata de un golpe fundamentalista por cuanto se plantea devolver la Biblia al Palacio, y poner el gobierno en las manos de Dios.

Es un golpe racista, porque identifica y quema las sedes de las organizaciones indígenas, así como sus casas.

Es un golpe violento y represor, que entre otras cosas ha efectuado cortes simbólicos al quemar la Whipala (bandera emblema de las naciones Andinas y Aymara que simboliza la doctrina del Pachakama (principio, orden Universal), y la Pachamama (madre, cosmos) que constituye el espacio, el tiempo, la energía y nuestro planeta) en todos los sitios en los que se encontraba izada. Luego la sustituyeron por la bandera nacional, y le colocaron una Biblia encima.

Entonces, ¿qué pretenden algunos medios al informar una dimisión ordenada y pacífica por parte del ahora ex presidente Evo Morales? ¿Por qué no señalan y denuncian la persecución social, política, ideológica, y racista que están padeciendo miles de bolivianos?

Porque la hegemonía discursiva y cultural de la que hablábamos al principio se encuentra tejida con discursos que solapan -entre otros- los medios que ocultan la barbarie, la discriminación, el odio, la violencia. De ese modo se aseguran la reproducción de ese discurso que acentúa las diferencias sociales, culturales, y que oprime y genera falsas identidades.

Con eso hay que romper.

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