
En este artículo me propongo analizar el tipo y alcance discursivo llevado adelante por el candidato presidenciable Luis Lacalle Pou con relación a la creación de una Ley caratulada de “urgente consideración”, que sería una de las primeras medidas que implementaría en caso de resultar electo presidente.
En primera instancia daremos cuenta de los aspectos gramaticales que guardan estrecha relación con el discurso. Tenemos un sintagma nominal: Ley de urgente consideración, que en su estructura profunda descompone una serie de elementos predicativos que expanden semánticamente el núcleo del sintagma nominal: Ley. A su vez, dentro de ese sintagma nominal, tenemos un sintagma preposicional: de urgente consideración, en donde urgente se constituye como predicado adjetival de consideración. Dicho de otro modo, la palabra clave en Ley de urgente consideración, es “urgente”.
Habiendo despejado la estructura profunda del sintagma nominal “Ley de urgente consideración”, pasaremos a un plano semántico en donde consideraremos como pertinentes de análisis los aspectos denotativos y connotativos de “Urgente”. La denotación es la significación primaria y objetiva que tiene una palabra para un hablante determinado, es aquello que encontramos como definición en un diccionario, mientras que la connotación se encuentra cargada de subjetividad y es allí donde intervienen los valores y experiencias previas de cada persona.Resulta urgente, su consideración y su explicitación.

Miles de personas firmaron una petición en la plataforma change.org para exigirle al candidato blanco que informe acerca del contenido y alcance de su ley de urgencia. La respuesta cuenta con varias aristas, que expondremos a continuación: a- En primer término dijo alegrarse por la cantidad de personas interesadas en su proyecto de ley; b- acto seguido envió a todas esas personas a leer su plan de gobierno, pues, y según sus propias palabras, de ahí se desprende la materia prima para la elaboración de la ley; c- Para culminar, afirmó que no dará a conocer el contenido de la ley, hasta tanto no esté resuelta la elección y deslizó, que después de todo –D– aún no se encuentra plenamente redactada.
A- La lectura que hace de esa situación es o bien errónea, o se constituye como un modo persuasivo de discurso. Que tantas personas quieran saber el contenido de una ley que se presenta como “urgente” no implica que la gente esté interesada en el candidato en cuestión o en su plan de gobierno, antes están preocupados por el alcance de la misma, y reclaman el derecho a saber.

C y D- Volvamos al punto inicial: la población sabe que de elegir al candidato blanco, éste impulsara un paquete de medidas de rápida implementación. Esas medidas se encuentran circunscriptas en lo que él mismo denominó “Ley de urgente consideración”. Si Lacalle Pou accede al gobierno, sabe –porque así lo ha expresado– que esa ley será lo primero que pondrá en práctica. Sin embargo, se niega a explicitar el contenido de la misma hasta tanto no se haya resuelto la elección. De lo anterior se desprende, que lo que resulta contextualmente relevante no es el punto de inflexión de la gente que quiere conocer el contenido de la ley, ni la respuesta a evasivas que ofrece el candidato. Lo que verdaderamente resulta relevante y pertinente es el manejo de la información, del conocimiento y del ocultamiento que hace Lacalle Pou. ¿Seremos tan ingenuos y capaces de reproducir ese discurso? ¿Creemos que aún no se encuentra escrito el contenido o la intención de la ley? ¿O será que entendemos que sobre lo que no está escrito, no se puede ejercer reclamo, control, oposición?
Si un candidato me pide su voto, y al hacerlo me asegura que en caso de ser electo, aplicará un paquete de leyes, y cuando le pregunto cuáles son las leyes, me asegura que aún no están escritas, una de dos: o es un improvisado, o teme que si me dice cuáles son esas leyes, de ninguna manera podría votarlo.
Resulta urgente, su consideración y su explicitación.
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